Deseos incumplidos

Siempre que pensé en un lugar propio, siempre desde que me fui de la casa de mis viejos quise que una pared (entera) de mi casa fuera así, llena de imágenes que me inspiren. Muchas fotos pegadas juntas, codo a codo la gente que quiero, frases que me entusiasmen y gráficas o publicidades que me diviertan. Intentamos hacerlo con El Concubino pero no nos salió, todas las fotos de nuestra pared están en marquitos prolijamente encuadrados. Son de distintos colores sí, pero no es esto. Igual, no se para qué lo quiero si al rato ya me hubiera cansado y las querría cambiar.
En la casa de mis viejos, no me dejaban pegar posters de ídolos o fotos en mi cuarto. Tuve que rogar para que me dejaran clavar un corcho que albergara esas capturas tan *deliciosas*. No me dejaban, porque rompían con la onda antigüa de la casa, con la armonía y `porque la pintura podía descascararse. En cualquier caso, las ganas de esta pared es un acto de vandalismo y rebeldía. Está bien, lo admito.