"Can you see me? All of me? Probably not. No one has ever really has" - Jeffrey Eugenides



jueves, 14 de julio de 2011

Gracias.

Oler a vos no tiene precio. Y por si fuera poco me regalaste un perfume. Y le trajiste regalos a mi hija. Poné comida en tu bolsillo así no muero de inanición (estoy viviendo ahí cómodamente hace tiempo).

Suficiente para mí

Yo estaba en pijama, desganada, aburrida de tanto estudiar. Nerviosa porque rendía al día siguiente. A penas giré el picaporte y abrí la puerta te ví. Del otro lado del umbral estabas vos con el buzo gris que usas siempre como si el tiempo no hubiera pasado, como si nunca te hubieras ido. 
Cual víctima de un tornado y emociones violentas tenías el pelo despeinado. La barba crecida y las ganas de verme en los ojos. Dejé que se me cayera de los labios un 'hola' despreocupado. No me respondiste. Te detuviste a mirarme un segundo y después me agarraste del cuello con una de tus manos grandes de vikingo y con la otra me rodeaste la cintura. Me sujetaste fuerte, con seguridad, como si siempre hubiera sido tuya y me diste un beso largo. Tan largo que pareció eterno.
Cuando por fin nos discriminamos y la distancia entre tus ojos y los míos fue lo suficientemente prudente como para reconocernos me dijiste ´te extrañé´ y nada más importó. Ni el final del día siguiente, ni que en todo el fin de semana no había salido el sol o el hecho de que no hubiera salido de mi casa, incluso no haberte visto por días enteros. Vos y ese beso intenso fueron suficientes para suplir todas las faltas. Fuiste sol, fuiste salidas, fuiste risas envueltas en una comunicación que superaba las palabras.

Dame fe y seré tu seguidora

Vénganme a descubrir

Soltar y otras hierbas.

No soy más esa.