"Can you see me? All of me? Probably not. No one has ever really has" - Jeffrey Eugenides



viernes, 19 de febrero de 2010

Analogías

Estoy un poco cansada que gente de mi edad (22 años) me pregunte: ¿a qué se parece el dolor de las contracciones pre-parto? en los contextos más variados.

Sin duda es una respuesta difícil de construir en pocas palabras sin hacer aluciones grotescas o movimientos gestuales bizarros. A demás que tengo la sensación que cualquier cosa que diga va a sonar burda, demasiado explicativa-gráfica -sobretodo para los hombres impresionables- y hasta fuera de lugar. No se porqué, si a fin de cuentas todos nacimos.
En fin quiero que quede claro de una vez por todas que como parecerse, te prometo: no se parece a nada. Y cuando digo nada, creeme, no hay un parecido. Dicho lo anterior, lo más análogo que se me ocurre (noten la diferencia entre "parecido" y "análogo") es cuando apremia lo sólido en la calle.
¿Nunca les pasó que les agarraran unas ganas locas de cagar? (perdón por la falta de eufemismos). Me refiero a esa urgencia incontenible en las que no podés parar de pensar me hago encima y para lo unico que funciona tu cabeza es para pensar en que agujero podés ir a despedir ese topo que asoma.
Bueno, si bien el dolor y toda la demás parafernalia de un parto ("no te olvides del bolsito gordi", registrarte en el sanatorio, que te revisen quichicientas veces haciendote tacto como a las vacas, etc) en esta situación, digamos cotideana de tener que ir al baño que anteriormente denominamos cagar no estaría incluido, la impresión física es la misma.
Ese me cago, me cago, me cago. Listo me cago aca mismo si hace falta, no me importa más nada necesito sacarlo de mi cuerpo YA. Y mientras pensás dónde con desesperación y velocidad te batallás para contraer las nalgas con fuerza, con decición, con ímpetu, con dominio.
Mmmh en eso y sólo en eso es bastante familiar.
Con la diferencia que acá uno no quiere retener, quiere largar. A toda cosa expulsar, sacar y que venga el anestecista y que desaparezca el dolor y se termine la tortura, el delirio, ese andar despegado de la realidad. Para más tarde, volver a ser una sola y verle la cara a ese bebito que llega, que abre los ojos por primera vez.

¿Ustedes lo querían? Ahí lo tienen. Esa es mi analogía. Perdonen mi grosera y gráfica comparación pero estaba harta de esta pregunta esperemos que ahora no se me la haga más. Cualquier parecido a la realidad es mera coincidencia.
P.d.: Hay mejores y peores situaciones de parto (pre, durante y post) como mujeres y bebitos existen en el mundo, cuanto menos.

No hay comentarios.: