"Can you see me? All of me? Probably not. No one has ever really has" - Jeffrey Eugenides



sábado, 25 de octubre de 2008

Por adelantado


No pude esperar y le di el regalo a F. antes de la fecha de su nacimiento. No me aguanté. Si ya se que es mala suerte pero fue más fuerte que yo. Espero que no vengan malos augurios en este año que nos espera por culpa de mi impaciencia.

Ese mismo día (el viernes) nos habíamos peliado fuerte después de terapia de pareja. Quería sentir que estabamos bien y unidos como siempre. Fuimos a comer a Enfundá la Mandolina comimos riquísimo como siempre, jugamos un jenga mientras esperábamos la comida (que no tardó nada en llegar) hablamos, hicimos las pases y pensamos proyectos en común y a futuro. Y fue, le dí el regalo. Qué se yo, me pareció que era el momento adecuado.
Mi regalo, que siempre me esmero porque sean originales, esta vez fue confeccionado por la artista Diana Schufer. Es una carta de amor impresa en serigrafía, en unas sábanas blancas con tipografía negra. El packaging como pueden ver en la página es *tremendo*. Me hubiera encantado mandárselas por correo para hacerlo menos tradicional todavía pero me no hubiera aguantado mi ansiedad. A demás moría, después del trajín que fue conseguirlas, verle la cara cuando las abriera.
Su reacción fue de desconcierto total. No se esperaba que podía ser el regalo porque el mismo no sabía qué quería para su cumpleaños feliz. La caja y la bolsa no ayudaron en lo más mínimo a disparar su imaginación a lo que realmente contenían. Me dijo que le pareció el regalo más original y lindo que le habían hecho (las mejores palabras en respuesta a un regalo, en lo personal, casi mejor que un "gracias, me encantó").
Obvio que cuando llegamos a su casa lo primero que hicimos fue probarlas. Suaves, con olor a perfume. Amigos, de estreno, cerramos la noche y nos fuimos a dormir enredados en ellas.

In love

martes, 21 de octubre de 2008

A modo de consejo


Hombres escuchad.

Tópico del día: FLORES.

1) Apuesten a las flores grandes (no es común y sorprende siempre)

2) Si siguieron el consejo anterior regalen pocas (no más de 3) sino parece que llegan con un árbol y no es estético. S
i no siguieron el consejo anterior,
no sean ratas y pónganse con un ramo de flo-res. No se dejen amendrentar por los floristas que llenan de yuyos verdes los manojos cuando envuelven para llevar. Después resulta que vienen 3 flores casi marchitas y un matorral. Chequeen, eligan que no importe la cara de tuje del señor que atiende porque en definitiva ud. es el que paga y una máxima de la publicidad es que "el cliente siempre tiene la razon". Exiga lo que le corresponda y sino digale que se pierda las flores en el culo y vaya a otro lugar que lo atiendan bien.

4) Regalá flores en ocaciones importantes como cumpleaños, compromisos, Día de la Madre pero no siempre. ¡Si a la estabilidad, no a la rutina! Cuando los desplazamiento y reacciones del otro pasan a ser completamente previsibles siempre y en todo lugar, la mujer ser aburre.

5) Así como también regalá flores porque sí. Sin motivo. Ayuda a conservar la magia.

6) Las flores del jardín del vecino can do the trick para sorprender. No lo gastes.

7) No a las notas melosas largas y cursis que acompañan los ramos. Ocurrente y corto. Mejor todavía si es una o dos oraciones que lo resumen todo.

Trucos:
A) A las rosas en el florero hay que ponerle hielo y/o tratar de mantenerlas en un lugar donde se conserven frescas ya que provienen de temperaturas frías, así se conservan mejor.
B) Al florero ponele aspirinetas, aspirina o azúcar y las flores tan va a durar más de lo normal (aprox una semana).

Chicas si llego a tener un varón prometo educarlo como un caballero para que la novia, el día de mañana, sea tratada como una princesa, como nos merecemos.

Margarita es mi seudónimo


La anécdota prometida.
El sobrenombre surgió en una salida con F. cuando todavía no eramos ni novios. Fue específicamente en una sobremesa en la que hablamos sobre las flores y el asunto que es para los hombres regalárselas a mujeres. En esa comida elaboramos en conjunto teorías disparatadas (aunque basadas en la realidad y experiencias personales) y llegamos a conclusiones reveladoras como:
- si regalas rosas "sos un clichè" y no te esmeraste demasiado a la hora de elegir las flores,
- si te jugàs con unas astromelias probablemente seas un complicado y
- llevarle jazmines o fresias a una mujer son un clásico por su característico acaudalado perfume y porque te lo ofrecen en varios semáforos (facilitando reconciliaciones y sacándote de apuros)

En ese mismo restaurant, le confesè que me encanta que me regalen flores. Sobre todo si son porque sí y no las típicas. También le conté que mi anterior novio me regalaba todo el tiempo rosas rojas que me encantaban al principio pero me terminaron por aburrirme. Relacionamos preferencias personales con colores y formas de las distintas variaciones de brotes que conocíamos y deslicé que las margaritas son las flores que màs me deslumbran por su simpleza*.
A partir de ahí, toda la correspondencia compartida la firmé bajo el nombre de Margarita. Y F. me decía que es la flor más bonita del jardín. ¡Ay es lo más!

* No voy a negar que un poco me copiè de You've got an e-mail (amo esa película) para hacerme la linda, la Meg Ryan. Lo màs gracioso es que tiempo màs tarde se lo confesè y nos reìmos del episodio.


¿Tregua?

F. intentò convencerme de hacer un pacto. El me dejaría elegir el nombre del varòn, alegando ser capaz de ceder y olvidarse de la existencia del nombre "Iñaki". Un acto tan pero tan amable que hasta me pareciò casi sospechoso. "Lo dejo a tu criterio" me dijo referiendose a la elección de nuestro primogénito, "siempre y cuando no me parezca horrible". Yo a cambio, debía dejar que el eligiese sin condicionamientos el nombre si es mujer porque "vamos y vamos: vos elegís uno y yo el otro" ya me parecía que no iba a ser gratis. ¿Que, que respondì yo? que NI-LOCA.

Razòn 1
A medida que pasa el tiempo con màs entusiasmo siento que es mujer lejos de las predicciones caseras como las siguientes: "Tenès buena cara y estàs linda... es varòn si o si" ¿acaso se supone que si es mujer estas horrible?; "Tenès panza redonda (parece que me traguè una pelota de futbol y estoy sòlo de 4 meses) por ende es varòn". ¿Cual es? si es mujer se supone que es màs cuadrada o amorfa (???)

Razòn 2
Soñè que es mujer y confío en mi instinto. El nombre si o si será una decición en conjunto. No vaya a ser que por tener la gloria de ponerle Silvestre en mi imaginario resulte ser mujer. Mi triunfo no sea más que efímero y después me tenga que bancar decirle Marta a mi hija hasta el resto de mis días. Antes muerta.

Razòn 3
Un 50% de chanches de perder es un riesgo muy alto. ¿Competitiva yo?

El lunes 27, el mismo dìa del cumpleaños de F. tenemos la ecografìa en donde me dicen el sexo del bebé. ¡Màs vale que lo hice a propòsito! Me pareciò un lindo regalo sacarnos tanta intriga en ese dìa especial.

La larga espera asì, se hace màs corta. Vamos a poder empezar con los preparativos.

¿Còmo se llamarà? Los mantengo posted

We meet again

Hasta hace dos semanas habíamos sido respetuosos y los nombres que realmente le disgustaban al otro no eran tenidos en cuenta y a otra cosa mariposa. Y se desató el combate con los nombres de varón nomás. El enfrentamiento es entre Iñaki (defendido por F.), Felix y Santos defendidos por mí.

Lo que más hizo que me opusiera al nombre que comineza con I (no lo pienso decir otra vez, no te voy a dar el gusto) es que fuera vasco. Cultura con la que no me identifico en lo más mínimo. I significa Ignacio en español pero F. no quiere Ignacio quiere I. Nos empacamos y no había forma. Su argumento es que conocíamos a un I que nos caía muy bien a los dos (típico unir a persona-con-nombre) y que era un nombre canchero.

A él no le gustaban mis propuestas (conoció un Félix que era un nabo y Santos le parecía feo). Para llegar a un punto medio y ceder los dos sugerimos ampliar el espectro de posibilidades. Ahí salieron al ruedo Isidro y Jerónimo. Los dos muy lindos pero ninguno del todo convincente.

Hasta que leyendo Gente valga la rebundancia que leyendo es un decir, porque la verdad que tiene cada vez menos contenidos y más fotos de prostitutas-ofreciendo-sus-servicios en bolas, apareció el nombre Silvestre como si me hubiera estado esperando. Obviamente nunca le dije que me reencontrè con el nombre bajo estas circunstancias (revista cholula leída en peluquería) porque F. categoricamente se opondrìa.

Bajo ningùn concepto permitirìa que el nombre de su primer hijo varòn sea una copia de uno famoso, en este caso Juanita Viale. Over my dead body me diría pero sobre el mío le pone I. asi que mientras el secreto se mantenga guardado venimos bien.

Uds, Shhhhh!



Un cocktail que no se mezcla solo


Otra cosa que nos agarrò de imprevisto es la intrincada combinaciòn de lograr con cualquier nombre y el apellido de F., algo que suene como mìnimo, armonioso.

En el momento de la verdad, cuando empezamos a hablar del tema de nombres salieron estos dos (Aquiles y Margarita) como primera opciòn pero en el momento de combinarlos con el apellido, vimos la luz. ¡Imposible a una persona que queremos tanto cagarle la vida de esa manera! ¡Habría que ser desalmado!

Asì fue como aquello que parecìa resuelto hasta el momento, se manifestò como una incògnita y de tremenda importancia. Imagínensen dos indecisos, insaciables, muy influìdos por el arte en todas sus representaciones (pintura, escultura, teatro, cine) queriendo elegir un nombre (y sólo uno porque con tremendo apellido no podemos hacer otra cosa). Tarea de enanos, de detallistas y pacientes. No somos ninguna de las tres. Caos.

Parece banal y no lo es. Pensar que vas a llamar toda tu vida por ese nombre a este ser, persona en potencia que te va a acompañar siempre y que en parte vas a determinar por el mero hecho de llamarlo de una forma y no de otra, no es una decición para tomar a la ligera. Creanme.

Con F. nos la pasamos haciendo listas para no olvidarnos de las ocurrencias más espontáneas, sacando nombres de internet que nos gustan, intercambiando opiniones, criticando los nombres siniestros y riendonos de la creatividad (y maldad) de algunos padres. Por suerte somos bastante parecidos en cuanto a lo que gustos respecta: originales pero no exóticos.

Resoluciones hasta la fecha:
No a los nombres de estación (May, Abril, June).
No a los que significan cosas (Dolores, Consuelo)
No a los nombres de personalidades muy relevantes (Aristóteles, Susana) Excepción a la regla: Frida. Nos fascina.
No a los nombres de flor (Jazmín, Violeta, Azucena) quedan afuera de esta categoría Magnolia y Camelia.

Todo indica que llegaremos a buen puerto.

A seguro se lo llevaron preso

Hoy por hoy si los nombres pasaron a ser un tema de reincidentes conversaciones. Figuro que con el tiempo se hizo impostergable la obligación de seleccionar una denominación "más seria" que Confite para el bebito. Sobretodo porque ya no tiene las proporciones que al principio y mi panza lo evidencia (¡incluso pesando menos que antes de estar embarazada!).

Durante todo el noviazgo acordamos tácitamente que si era varòn se iba a llamar Aquiles y si era mujer, Margarita (al punto que muchos conocidos de la pareja casi lo daban por hecho). Tales apelativos aludìan a nosotros: Aquiles era el nombre que usaba F. en el boliche con las "miniiiitas" -como dirìa Capusotto- para hacerse el canchero (dicen las malas lenguas que ganaba bastante con ese curro) y Margarita es como èl (hasta el día de hoy) me llama cariñosamente por escrito.

El sobrenombre Margarita tiene una anécdota aparte que contaré en otro post. Bottom line es que a partir de esa salida, todos los mails y cartas que le escribí las firmé siempre así y F. en respuesta precisamente con ese nombre encabeza sus misivas hacia mi persona. Es como si las letras nos sumergieran en un romanticismo màs denso del normal y en las epìstolas que compartimos, fueramos parte de una novela rosa con seudònimos y todo.

Confite nos tomó por sorpresa. Un evento que signò nuestras vidas para siempre, para bien. A pesar de tener “los nombres charlados” nunca evaluamos vernos en la circusntancia de elegir tan pronto. Tener hijos era un plan que hacìamos en efecto, pero no a corto plazo. En nuestras charlas los dos conveníamos en cuanto a planes a futuro que antepondríamos alcanzar metas personales a nivel profesional, desarrollarnos en este rubro y que a penas pudiéramos mantenernos sin ayuda de nuestros padres nos iríamos a vivir juntos o elegiríamos casarnos. (Yo deseaba secretamente más la segunda que la primera, desde chiquita sueño con una proposal de casamiento singular al estilo americano de los estadios de fútbol)

Ya en concubinato habíamos dicho que queríamos viajar mucho, tal vez vivir en el exterior por un tiempo, seguramente en Europa. Mochilear juntos por el mundo agarrados de la mano. Hippies de la nueva era. Pactamos que buscaríamos aprender a disfrutar de los momentos en soledad compartida y de los silencios, que nos asentaríamos como pareja tanto a nivel emocional como económico antes de tener hijos. Y acá nos ves, pensando nombres.

¿Las vueltas de la vida no?



Un camino semántico

Perdidos en la emoción de traer un hijo al mundo ni tiempo para pensar en nombres tuvimos. Antes hubo que reflexionar si realmente estábamos preparados para esta aventura. Si nos sentíamos calificados como para sostener la infancia de alguien. Y si podíamos mantener el vínculo que a partir de ese momento nos uniría para siempre.

Se nos planteó la opción de no tenerlo, lo pensamos mucho y nos vimos incapaces de decidir sobre la vida de esa alma que tan especialmente se nos había sido encargado en cuidado y desarrollo de sus potencialidades. Así fue como en un día de sol nos iniciamos en la experiencia incomparable de transformarnos en padres, aún reconociendonos inmaduros. Con la decición tomada llegó la paz y la propagación de la buena nueva.

Junto con los primeros meses de embarazo aparecieron los cuestionamientos sobre cuales eran los posibles nombres que le íbamos a poner al futuro integrante de nuestras vidas. Respuestas evasivas de nuestra parte por estar centrados en ir descubriendo la letra chiquita del contrato que con tanta alegría habíamos decidido ser las partes firmantes, en el cual nos hacíamos cargo de la situación.

Ninguno de los dos quería descuidar la pareja o que pasara a un segundo plano.Tampoco queríamos dejar a un lado a las familias (la propia y política) a quienes inesperadamente, habíamos sacudido estructuras. Teníamos la intención de respetar los procesos de cada uno y al mismo tiempo acompañarnos entre todos. De a poco lo vamos logrando a pesar de estar bastante tironeados.

¿Nombres? nos inquirían de vuelta y nosotros sinceramente nada. Les juro que si en ese momento a mi hija me hubieran obligado a ponerle Pichimahuida o Floripondio si era varón, me hubiera dado exactamente igual. No es que me hubiera vuelto loca sino que me encontraba completamente ida, en otro mundo. Conectada con mi ser mujer más íntimo y primario.

Recién ahora entrando en el 4to mes ya más relajada y estable, sintiéndome mejor físicamente nos podemos dar lugar a pensar de qué forma vamos a llamar al bebe para que venga a comer o cual es el nombre entero que voy a pronunciar cuando esté retándola.

jueves, 16 de octubre de 2008

Secuestro express

Como verán por los dos anteriores post, hoy vine a exorcisar demonios. En la intimidad, a F. le confesé mi sentimiento de impotencia. Alegó que "no había nada que hacer". Si, eso lo sabemos todos. Ahora no hay nada que hacer. En esa misma conversación F. me dijo que me tratara de tranquilizarme (mientras yo me ahogaba en reproches: "te pedí que le dijeras algo a tiempo, ahora ya está, me la tengo que bancar") y viera el lado positivo de la situación. "En nosotros fue una sorpresa y realmente un momento especial, ellos simplemente se copiaron."

Lo problemático de la situación, no es el hecho de que haya pasado esto porq no es la primera vez que mi amor no hace nada para defenderme o para prevenir momentos incómodos con su familia de origen sino como sobrellevarlo. A mi me gustaría que alguien me explique, ¿que se supone que tengo que hacer cada vez que le vea la mano a esta señorita y vea mi anillo reluciente en su dedo? ¿QUE?

Se me ocurren sólo 3 soluciones:
1- Construir un excelente autoestima (cosa de no competir ni sentir celos)
2- Perdonar a F. por no haber dicho nada a tiempo y soltar.
3- Que F. me compre un anillo nuevo y más lindo (en Belgiorno, valga la rebundancia) que encima ya lo tengo visto.
Por supuesto que de las opciones mencionadas la que más tengo ganas de hacer es la última. Es más se lo dejé caer a F. con un comentario al pie: "Mirá que viene el Día de la Madre, eh". Y nos reímos.
No es que haya querido traicionar la causa pero había que desdramatizar de otra manera hubieramos terminado peliados. A fin de cuentas, es la hermana y la tía de este bebito lindo que viene en camino pero ¡que bronca!

Después de almorzar, cuando P. con cara de perrito mojado entró al cuarto para ofrecerse de llevarme al centro en auto porque sabía que me sentía mal me tuve que negar. No iba a poder contener mi ira en 20 minutos de viaje, menos si eramos las únicas dos tripulantes.
Hubiera sido demasiado tentador. ¿Cómo resistir? Yo y mi lengua afilada no eramos buena compañía en ese momento. Preferí volverme en tren sola y evitar todo pensamiento de qué formas podía cortarle la mano.

En el viaje de vuelta leía "A sangre fría" de Truman Capote, para huirle a toda ocurrencia. Bastante embole, muy descriptivo. Si creyera en las señales diría que el destino me estaba queriendo decir algo.

Cada vez está más claro, necesito llamar a psicóloga, YA.