Al final hoy no tengo nada para contarles porque que casi no hubo festejo. Anoche transcurrió como cualquier otra noche. Sí le pusimos toda la garra, cocinamos risotto y abrimos un vino pero no hubo un brindis, no hubo un regalo (para mí, sí para él) y sobre todo no hubo un "Feliz Aniversario". Un malentendido, varios contratiempos domésticos y una hija. Es así.
Para cuando finalmente nos quedamos solos en el living y la casa se sumió en silencio, nos dormirmos viendo tele, como no podía ser de otra forma. Hoy me quedaron todos los platos y ollas para lavar cuando llegué de la facultad. Bien, venimos bien.
Ojalá sea en el buen sentido (la foto).
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