El domingo nos fuimos a dormir a la casa de unos amigos en Pilar, el cuarto no tenía cortinas y me desperté con El Sol en los ojos a las 7 de la mañana. Decí que estaba abrazada a El Concubino e Hija sino me sacaba con una cuchara los ojos y seguía durmiendo, placidamente. Fuera de eso, fue un fin de semana es-pec-ta-cu-lar. Todavía tengo el colorcito en la cara de esa tarde de sol, mates y charla y la sensación de andar en patas por el pasto asi que si hoy llueve, no me importa nada.
Oh, fin de semana,
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