Un señor me manda mails que sólo me hacen sonreír. No son largos como me gustarian que fuesen pero sí simpáticos y simples. En el buen sentido. Tienen esa magia especial que conserva "las primeras veces".
Somos vecinos. El me buscó con fines comerciales que resultaron no concretarse. Es *mayor* y también tiene un hijo. Hoy le puse una cara de protagonista a sus cuentos (¡gracias redes sociales!) y me gustó. Mucho.
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